Si un encuestador te hiciese esta pregunta de golpe mientras caminas tranquilamente por la calle, lo más probable es que respondas un sonoro SÍ sin dudarlo. Llevas haciendo esta tarea desde pequeño —probablemente empezaste con dos o tres años— y no se te pasa por la cabeza que puedas estar haciéndolo mal. Pero lo cierto es que quizás te equivoques.
Pero vamonos lentos, una vez que hayas terminado de leer las recomendaciones de este blog , vuelve al principio y responde:
¿Sabes cómo lavarte los dientes? Quizás para entonces la respuesta cambie.
CUESTIÓN DE PASTA… Y DE CEPILLO
Para cepillarse los dientes son necesarios dos instrumentos: el cepillo y la pasta. Pero no vale cualquiera, hay que saber elegirlos. “El cepillo debe ser suave o medio en función de las circunstancias de cada persona (nunca recomendamos cepillos duros) y debe estar en buen estado de conservación (habría que renovarlo cada tres meses aproximadamente).
Los cepillos demasiado duros deben ser desterrados de nuestro neceser por varias razones.Un cepillo con cerdas demasiado duras puede desgastar el esmalte, que tiene una tonalidad blanca, haciéndolo más fino y provocando que se vea la dentina, que está debajo y cuya tonalidad es más amarilla. Además puede dañar las encías provocando su retracción y quedando expuesta la raíz de la pieza dental, lo que puede generar problemas.
Los cepillos eléctricos podrían ser también una opción, pero no LA OPCIÓN. Aconsejamos su uso en casos especiales cuando con el cepillado manual no se consigue un adecuado control de placa o en casos de restauraciones múltiples o aparatos de ortodoncia. En esas circunstancias aconsejaríamos un cepillo eléctrico con sensor de presión y cabezales específicos para cada situación.
En cuestión de pasta no sólo importa cuál, también el cuánto. Si nos fiásemos de los anuncios de la tele cada vez que nos lavásemos los dientes llenaríamos en cepillo de una buena dosis de dentífrico. Sin embargo, esto no debería ser así. Con la cantidad del tamaño de un chícharo sería suficiente La pasta debe tener flúor —cuando hablamos del lavado de una persona adulta— porque ayuda a la remineralización de los dientes y hace que el diente esté más protegido ante posibles ataques de bacterias. La presencia de flúor en la superficie dental reduce la solubilidad del esmalte, dándole mayor dureza y haciéndolo mas resistente a la acción de los ácidos y por ende a la producción de caries dental.
Una pasta fluorada es importante y no lo es tanto una blanqueadora.
EL CEPILLADO DENTAL POR LA NOCHE NUNCA DEBE OMITIRSE , ES EL MAS IMPORTANTE
Lo ideal en higiene bucondental es cepillarse justo después de cada comida pero teniendo en cuenta que los expertos en nutrición recomiendan realizar cinco comidas diarias, esto se antoja bastante imposible. Como mínimo debemos lavarnos los dientes dos veces al día, una después del desayuno y la otra, la más importante, después de la cena. “La recomendación es que si sólo se hacen dos cepillados, el segundo debe ser tras el desayuno para que no pasen demasiadas horas sin cepillarse”. A partir de más de 10 horas pueden producirse más bacterias en la boca, que son las que producen las caries.
Y si el cepillado de la mañana es importante, más lo es el de la noche. Durante el sueño se produce menos saliva, lo que se conoce como xerostomía. La saliva es un componente natural de nuestro organismo que tiene la misión de defender y proteger la boca. Ayuda a proteger de los agentes que pueden atacar el esmalte o provocar enfermedades. Esto se traduciría en una boca menos protegida. “Y más si el paciente duerme con la boca abierta o ronca por lo que la placa bacteriana sería más nociva en ese lapso de tiempo”. A todo esto se une que al dormir no hay movimiento de la lengua ni de los labios que contribuyen al llamado mecanismo de autolimpieza. Es por ello que el lavado nocturno resulta imprescindible, que se debe hacer a conciencia utilizando hilo dental, para llegar a los espacios a los que no llega el cepillo y donde se estancan las bacterias que darán paso a las caries, y colutorio, que en ningún caso puede sustituir al cepillado.
LA TÉCNICA DE BARRIDO NO ES IGUAL A LA DE «RESTREGADO»
No hace falta levantarse de la mesa inmediatamente después de comer el último bocado para irse a lavar los dientes, pero tampoco hay que dejar esperar demasiado tiempo para realizar el proceso. Sólo existe una excepción: “Si la dieta es predominantemente ácida (cítricos, vinagre…), lo ideal sería esperar 30 minutos para lavarnos los dientes y más si la persona sufre hipersensibilidad dentaria”. De esta forma se evitaría frotar el ácido contra la dentadura y así evitaríamos repartirlo o por toda la boca e intensificar su efecto nocivo.
Y ahora que ya conoces el cómo, el cuánto y el cuándo, llega el momento de volver al principio y plantearse la pregunta inicial:
¿de verdad sabes cómo lavarte los dientes?
Te invitamos a mirar este video para que quede mas clara toda esta información y por supuesto te invitamos también a compartirla con tus amigos, suscribete y danos 👍🏻
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