Según cifras de la OMS (Organización Mundial para la Salud) cerca del 80% de la población mundial padece caries. Pero vamos por partes:
Primero ¿Cómo está conformado el diente?
Los dientes están formados por tejidos duros y blandos. Los tejidos duros son el esmalte, la dentina y el cemento radicular, mientras que los blandos son el paquete vasculonervioso, tejido pulpar o pulpa.
Existe además, el ligamento periodontal que es el que lo une al hueso que lo rodea.
Los dientes son la única parte del cuerpo humano que no se regeneran por sí mismos
por eso la detección precoz de las caries es fundamental para evitar males mayores.
Lo que vemos de los dientes es el esmalte; lo que la gente suele llamar “marfil” que es un tejido duro, el mas duro y mineralizado del cuerpo humano. Es una estructura mineral compuesta por un 96% de materia inorgánica y un 4% de agua, cuya principal misión es la de ser un escudo protector que permita la masticación y evite las acciones nocivas sobre las estructuras internas del diente. Al ser una estructura inorgánica, el esmalte no duele.
La capa que está por debajo del esmalte es la dentina. La dentina es una estructura mixta formada por una parte inorgánica (mineral) y por otra orgánica (prolongaciones nerviosas). Al tener un componente orgánico, la dentina sí que duele.
El cemento radicular es un tejido duro, parecido al hueso, que rodea la superficie externa de la raíz. Está en íntimo contacto con unas fibras llamadas ligamento periodontal que unen el diente al hueso.
La parte más interna del diente es el paquete vasculo-nervioso formado por el nervio del diente o pulpa dental y una arteria y una vena que permiten el trasiego de oxígeno a nivel pulpar. La pulpa es totalmente orgánica y, si se infecta se produce una pulpitis que es una afección que duele muchísimo y que obliga al que la padece a consultar a su dentista.
¿Qué es la caries y qué la causa?
La caries dental es una infección del diente; es una enfermedad bacteriana destructiva de las estructuras dentales producida por una serie de microbios que viven en nuestra boca. Las caries son, además, la enfermedad crónica infantil más común.
LA CARIES DENTAL ES UNA INFECCIÓN DEL DIENTE
Al comer, los azúcares ingeridos que se han quedado en la boca se metabolizan por la placa bacteriana y al metabolizarse, se producen unos ácidos que hacen que el pH intra-oral descienda. El descenso del pH intra-oral ataca la estructura mineral del esmalte provocando su desmineralización.
La placa bacteriana es un sistema ecológico formado por una comunidad bacteriana, rica en microorganismos aerobios y anaerobios, que se desarrolla sobre las superficies dentales con nula o escasa limpieza. El Streptococcus mutans, un asiduo microorganismo de nuestra boca, es el principal germen que la forma, colonizando la cavidad bucal.
¿A partir de cuando puede aparecer?
La caries de la primera infancia o “Caries del Biberón” puede producirse desde el mismo instante en que aparecen los primeros dientes en la boca del niño. Desde este mismo instante, pues, es conveniente empezar la limpieza bucal de sus dientecitos, que se llevará a cabo con una pequeña gasa húmeda.
Sin embargo, el factor tiempo juega también un papel importante. Cuanto más se tarde en iniciar los procesos de higiene dental, más probabilidades tendrá el niño de presentar caries.
¿Por qué se produce la caries?
Por la confluencia de varios factores, principalmente las bacterias que producen ácido, los dientes susceptibles, los hidratos de carbono fermentados (dulces, leches etc…), el tiempo ( la frecuencia con que los dientes están expuestos a los ácidos derivados del azúcar) y la calidad de la higiene oral. Todo ello provoca un estado idóneo para la rápida propagación de las bacterias que provocan los ácidos que deshacen el esmalte del diente.
Cuando se perfora el esmalte, los microbios no se preocupan en abrir más la puerta y se dirigen hacia el interior del diente, infectando la dentina ya que ésta es una estructura orgánico mineral mucho más blanda, ideal para estos microbios.
Actualmente, sabemos que en la boca o cavidad oral se produce un ciclo continuo de desmineralización y remineralización en la superficie del diente, por lo que podemos considerar a la caries como un proceso dinámico que busca mantener el equilibrio entre la acides y la alcalinidad.
Si este equilibrio se rompiese y predominara la desmineralización (debido a periodos prolongados de acidez) se producirá la pérdida de componente mineral creando una cavidad en el diente que supondrá la necesidad de un tratamiento restaurador en el que se procede a la eliminación de la caries y recuperación del tejido perdido mediante un material restaurador.
¿Cómo se reconoce?
El diagnóstico lo hace el dentista durante las revisiones periódicas. La primera señal es la aparición de un cambio de color en el diente que se vuelve blanquecino y sin brillo. En una fase más avanzada, se observa un borde amarillo, marrón o negro a nivel de la zona cariada. En la fase más visible, aparece la pérdida de sustancia y el socavón del esmalte, que se acaba rompiendo. La destrucción del diente indica que el proceso de caries puede llevar hasta varios meses en la boca; el proceso es lento, de ahí que recomendemos que se lleve a cabo cada 6 meses una revisión dental.
La caries se suele iniciar en los sitios de retención de comida, por eso los molares (los que mastican y en los que es más habitual que se depositen los alimentos) son los más susceptibles de padecer esta enfermedad.
¿Duelen las caries?
Cuando la caries sólo afecta al esmalte no produce dolor. El esmalte es una estructura muy dura (tanto, que para perforarlo, los dentistas usamos unas puntas diamantadas) pero es débil frente a la acción del ácido. Sin embargo, si la lesión se extiende, acabará llegando al tejido interior del diente, que es la dentina y, en estos casos, la ingesta de dulces y las bebidas frías o calientes provoca dolor.
A medida que la infección progresa, pasa a los tejidos blandos del interior del diente (nervio), se forma pus como consecuencia de la infección y aparece el flemón que busca la salida del pus al exterior y eso es en verdad muy doloroso, se describe a menudo dentro de los padecimientos dolorosos intolerables.
¿Qué hábitos la provocan?
El principal amigo de las caries es la falta de una higiene correcta. Para su aparición tiene que haber un medio oral ácido, y todo aquello que pueda provocar un pH ácido es potencialmente peligroso. Por ejemplo, los caramelos, las bebidas refrescantes, las bebidas de cola, los zumos con azúcares añadidos, etc…; pero incluso, el pan, la bollería y la pasta que, en definitiva, son harinas y en su metabolización se producen azúcares que, al descomponerse, producirán ácido.
La dieta ha de ser, por lo tanto, muy variada huyendo de los abusos y de las comidas monotema . La fruta, de hecho, es muy buena porque tiene fibra, que actúa limpiando. Comerse una manzana es lo más saludable para los dientes tanto de los pequeños como de los mayores.
¿Es contagiosa?
Los microbios que provocan la caries son adquiridos. El bebé nace con la boca estéril y poco a poco se invade de gérmenes. La transmisión de estos microbios viene, en la gran mayoría de los casos, a través de los padres, de la misma forma que se puede transmitir una simple gripe.
Cómo podemos ver, las caries pueden ser dolorosas y costosas; es más fácil mantener hábitos saludables y buena higiene. 😉
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