Las prótesis dentales removibles o dentaduras postizas reponen los dientes ausentes y las estructuras óseas que se van reabsorbiendo a lo largo del tiempo tras la pérdida de los dientes naturales. Mediante estos dispositivos protésicos, se restablece la masticación, la deglución, el habla y la estética.
Las prótesis removibles no son meros instrumentos mecánicos, sino que trasmiten fuerzas a los dientes, a las encías y al hueso. Requieren un especial cuidado de adaptación, cuya duración varía según las personas y las prótesis. Cada persona tiene necesidades y características distintas, por lo que todas las prótesis son únicas y se deben confeccionar de forma individualizada. La decisión sobre la colocación de la prótesis la toman exclusivamente el dentista especialista y el paciente.
Habrá un momento en que el paciente estará adaptado y seguramente no tendrá conciencia de llevar una prótesis en su boca, pero es necesario que pase por un periodo de adecuación en el que visite al dentista para realizar los ajustes que sean necesarios. Además, al ser un aparato que se lleva por periodos prolongados, debe existir una buena educación frente a su cuidado y limpieza diaria, para evitar consecuencias mayores.
Problemáticas asociadas
Durante el proceso de integración de la prótesis, se puede desarrollar una estomatitis subprotésica o lesiones en la mucosa (como las ulceraciones) a causa de un mal asiento o del desplazamiento de la misma. Situación que puede generar, a su vez, problemas de dolor, dificultad en el habla y menor fuerza de masticación.
La menor fuerza de masticación, sobre todo con alimentos duros, puede generar insatisfacción, modificar el placer del acto de comer y acarrear problemas nutricionales que afecten a la salud general. Por eso, se recomienda el uso de un adhesivo fijador, que proporciona seguridad y comodidad: mejora la estabilidad de la prótesis, aumenta la retención y la fuerza de la mordida, forma un sellado entre la prótesis y la encía y asegura que la prótesis no se mueva o desprenda.
Uno de los inconvenientes que presentan las prótesis, si no están correctamente ajustadas, es que los restos alimenticios pueden quedar atrapados entre éstas y la encía, hecho que genera incomodidad a la vez que favorece el crecimiento de bacterias que pueden causar mal aliento.
Además, conlleva problemas psicológicos producidos por la inseguridad que comporta hablar y enseñar las prótesis.
Limpieza en portadores de prótesis dentales
La duración de las prótesis dentales dependerá de muchos factores, pero uno de los más importantes es la motivación del paciente en el momento de cuidarlas. Por este motivo, el especialista debe evaluar su adecuado funcionamiento de forma regular, así como realizar una sesión informativa para asegurar que el paciente realiza una colocación correcta de la prótesis y para conocer los puntos de estabilidad masticatoria y las técnicas específicas de cuidado diario. Además, ha de explicar cómo cuidar y limpiar diariamente la prótesis para evitar consecuencias mayores, tales como presencia de sarro, halitosis o ulceraciones.
Los hábitos de higiene oral que debe llevar la persona con prótesis dentales removibles son:
Lavar y masajear la mucosa cubierta por la prótesis dos veces al día, usando un cepillo dental con filamentos muy suaves o aterciopelados para masajear el reborde edéntulo. Los márgenes de la prótesis pueden resultar de fácil acceso para el acumulo de biofilm oral (placa bacteriana). Por este motivo, requieren mayor dedicación en su limpieza.
Es importante usar comprimidos limpiadores diariamente porque remueven el biofilm oral. Combaten el 99,9% de las bacterias y hongos de la prótesis y limpian la dentadura postiza sin dañarla. Además, eliminan las tinciones procedentes del té, café o tabaco.
Limpiar el dorso de la lengua con un limpiador lingual.
Es recomendable retirar la prótesis por las noches para descansar de la presión que puede producir este tipo de aparatología.
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