La relación entre respiración bucal, la postura alterada de la mandíbula y el desarrollo de la maloclusión está bien definida .
Los problemas de la vía respiratoria, tales como la hipertrofia de las adenoides, amígdalas o la obstrucción de la vía aérea causada por las desviaciones del tabique, los cornetes grandes o las alergias, se observan frecuentemente en los pacientes con ángulos altos y pueden afectar la postura de la mandíbula, permitiendo más libertad para la erupción posterior.
Este hecho se debe a factores genéticos difícilmente controlables, pero también tiene que ver con hábitos del paciente que sí se pueden controlar.
La respiración bucal puede contribuir al desarrollo de los problemas de maloclusion dental pero es difícil atribuirlo como un agente etiológico primario. Esto es un motivo más para que los niños acudan en edades tempranas a revisión; una etapa en la que la acción de los dentistas puedan controlar hábitos y situaciones que podrían afectar negativamente al niño en el futuro. En la Unidad del Angel estamos capacitados y tenemos la experiencia para velar por la funcionalidad y la estética de la sonrisa de nuestros pacientes, algo que se puede controlar desde la infancia para que dure toda la vida.
Clínicamente, la mayoría de los odontologos refieren a los respiradores bucales con un otorrinolaringólogo para una evaluación. Este problema debe ser evaluado cuidadosamente durante el diagnóstico de un paciente con dimensión vertical excesiva.
Este artículo es una demostración que el trabajo de los odontologos va mucho más allá de simplemente curar los dientes y las encías. Las alteraciones del rostro, en este caso en detectar la respiración bucal y evitar las maloclusiones verticales, pueden llegar a afectar muy negativamente las funciones del sistema masticatorio, empeorando de forma visible la estética del sujeto.
La respiración normal o nasal consiste en el paso del aire libremente por la nariz mientras se cierra la cavidad oral, creándose una presión negativa entre la lengua y el paladar duro en el momento de la inspiración. La lengua se eleva y toca el paladar, de manera que ejerce un estímulo positivo para su desarrollo.
El hábito de respiración bucal consiste en el paso del aire a través de la boca durante la inspiración y expiración, de manera que la lengua se coloca en el suelo de la boca para permitir este flujo de aire. El paladar se modela y se hace más profundo, y a la vez, como el aire no pasa por los senos maxilares, éstos se vuelven más pequeños y dan al paciente un aspecto característico, presentando una cara larga o facie adenoidea. Normalmente está vinculada a pacientes con interposición lingual y del labio.
Si cree que su hijo pueda tener un hábito de respiración bucal no dude en realizar una consulta con nosotros para poder solucionar el problema de manera temprana. Este hábito oral puede estar causado por una obstrucción funcional o anatómica.
La obstrucción funcional o anatómica se da cuando hay un obstáculo que no deja pasar el aire a través de las fosas nasales o nasofaringe. Algunos ejemplos son pacientes con adenoides hipertróficas, amígdalas palatinas, cornetes hipertróficos, asma, desviaciones del tabique nasal, sinusitis, pólipos, etc. La causa más frecuente es la inflamación de las mucosas por infecciones o rinitis alérgica, que produce resistencia a la inhalación del aire, y obliga al paciente a usar la boca para inspirarlo.
Los hábitos bucales más frecuentes que pueden causar respiración bucal son: deglución atípica, interposición lingual, succión del pulgar entre otros.
Efectos bucofaciales y esqueléticas del respirador bucal
- Aspecto facial característico:rostro alargado y estrecho, ojos caídos, ojeras profundas, boca abierta e incompetencia labial.
- Piel pálida.
- Hipertrofia del músculo borla del mentón.
- Labio superior hipotónico.
- Labio inferior hipertónico, muy contraído.
- Labios resecos y agrietados.
- Fisuras en las comisuras.
- Mordida abierta anterior con o sin interposición lingual.
- Mordida cruzada posterior uni o bilateral.
- Paladar muy profundo y estrecho.
- La arcada superior tiene forma de triángulo.
Hábitos orales secundarios:
- Deglución atípica
- Succión digital
- Mandíbula en una posición más retrógrada.
- Dientes: incisivos superiores vestibularizados, incisivos inferiores y posterosuperiores lingualizados.
- Apiñamiento dental.
- Encías: hipertrofia y sangrado (gingivitis crónica).
- Hundimiento del esternón y escápulas en forma de alas.
La respiración bucal también puede producir trastornos intelectuales ya que hay una disminución de manera crónica de la presión de oxígeno y una baja oxigenación cerebral. Los pacientes pueden sentir apatía, disminución de la actividad voluntaria, problemas de memoria, disminución de la capacidad para fijar atención voluntaria y cansancio crónico. Por este motivo es muy importante un diagnóstico precoz y así solucionar el problema.
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