A lo largo de nuestra vida, las personas vamos adquiriendo hábitos nocivos, no siendo siempre conscientes del peligro que representan para nuestra salud bucodental.
Un hábito especialmente nocivo es el tabaquismo; entre las alteraciones que el tabaco produce en la boca se encuentran problemas graves de encías, mayor riesgo de caries, posible pérdida de dientes, manchas, mal aliento, aparición de arrugas en el contorno del labio y cáncer oral. Además, ciertos tratamientos dentales como las cirugías y la colocación de implantes pueden fracasar por su causa.
Aparte del tabaquismo la ingesta no moderada de alcohol quemas las encías alterando su estructura, puede ocasionar la pérdida de dientes y cáncer oral. El alcoholismo unido al tabaquismo potencia la posibilidad de padecer cáncer.
Además del consumo del tabaco y alcohol existen comportamientos muy perjudiciales para sus dientes tales
como apretarlos o rechinarlos, una práctica común llamada bruxismo. El bruxismo ocasiona fracturas en los dientes y degaste severo a la larga y puede incrementar la sensibilidad dental y llevar incluso a la pérdida de la proporción de la cara. Si el bruxismo persiste traerá problemas periodontales y dolor en la articulación de la mandíbula.
Si a usted le gusta mascar chicle, consuma chicles sin azúcar que contengan xilitol pues este componente ayuda a proteger contra la caries, pero no se exceda ya que podría llegar a estresar los músculos masticatorios y la articulación de la mandíbula.
Aparte del bruxismo existen otros hábitos nocivos como la succión del pulgar, algo relativamente frecuente entre los niños. Este hábito produce un movimiento anómalo de los dientes y puede incluso alterar el desarrollo y forma de la boca. Si observa este mal hábito en su hijo consulte a su dentista cómo corregirlo.
Además conductas tales como morderse las uñas o bolígrafos son negativos ya que pueden desgastar los dientes, fracturarlos y producir infecciones debido a la ingesta accidental de microorganismos patógenos.
Los malos hábitos suelen guardar relación con el estrés, si fueran severos es posible que requieran también la intervención de otros especialistas. Sustituya los malos hábitos por otros positivos como, por ejemplo, la correcta higiene diaria que sumado a las revisiones periódicas harán de su sonrisa, una sonrisa perfecta.
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